El ajedrez, gracias a sus características lúdicas e
intelectuales, es un recurso pedagógico apropiado para ayudar a que niñas y
niños desarrollen múltiples habilidades mentales que, sin duda, optimizarán sus
procesos de aprendizaje. Solamente esta cualidad comprobada del ajedrez, ya
justificaría el intento de incluirlo dentro del aula de clases y hacerlo accesible
a todos los alumnos a partir de los primeros años, momento privilegiado para
colocar las bases de una formación integral. Poner el ajedrez al servicio de la
educación no sólo tiene como finalidad desarrollar el arte de pensar sino
también cultivar valores.
Dadas sus propiedades es un escenario ideal a través del
cual el profesor puede continuar la sana construcción del mundo interno de los
niños. Si bien es cierto que la gran mayoría de profesores no son ajedrecistas,
esto no significa que no puedan incursionar en el mundo de las casillas blancas
y negras.
Después de una capacitación suficiente sobre cómo jugar
ajedrez, cómo enseñarle a los niños y niñas de qué manera se puede utilizar el
juego para desarrollar las habilidades mentales y aprovechar las posibilidades para
inculcar valores, los docentes podrán incluir el ajedrez en su programa
escolar.
El ajedrez es un medio para desarrollar habilidades mentales
como la atención, la imaginación, el pensamiento abstracto, la memoria, la
percepción, la planificación, el rigor mental, el análisis sistemático, la toma
de decisiones, el pensamiento crítico o el aprendizaje a partir del error, el
pensamiento hipotético.
Además, es un magnífico recurso para enseñar valores tales
como el respeto hacia el oponente y hacia las normas, la responsabilidad, la
cortesía, el saber ganar y perder, la humildad, la perseverancia, la disciplina,
la tenacidad, la autoestima, la paciencia, el autocontrol, la tolerancia, la
amistad…
Noelia Navarro (2016), desde una metodología de revisión bibliográfica, reseña varios
estudios tales como: Richardson, Faulkner, McDevitt, Skrinar, Hutchinson, y
Piette, que en 2005 ponen de manifiesto los numerosos beneficios que la
práctica deportiva provoca en el alivio de la sintomatología psicótica, así
como el bienestar y calidad de vida en general.
También Carles y Douglas, 2004; Carter-Morris y Faulkner, en
2003; y Fogarty y Happell, en 2005 reseñan el alivio de los síntomas negativos
de la esquizofrenia y como estrategia de afrontamiento de los síntomas
positivos. Así como la oportunidad valiosa parar trabajar las interacciones
sociales pudiendo transformarse en una poderosa herramienta de integración, al
aprovechar este tipo de prácticas como situación ideal parar que la persona
pueda introducirse en un contexto normalizado en la actividad lúdica, atractiva
en la que ejerce nuevos roles con valores como la cooperación o el espíritu de
equipo y la deportividad, entre otros, yendo en cualquier caso en dirección
favorable hacia la lucha contra el estigma que rodea este tipo de trastornos.
Para Corretti, Martini,Greco y Marchetti, en 2011, la
práctica deportiva se asocia fuertemente con el desarrollo de un sentido de
identidad y pertenencia, confianza y apoyo social siendo para Soundy, Benson,
Dawes, Smith, Collet y Meaney, en 2012, un medio a través del cual atacar la
vulnerabilidad que obstaculiza la participación.
Otro enfoque reseñable que valida la utilización en este
caso del uso del video juego como herramienta de sensibilización en el aula
sería el de los autores, Adolfo J. Cangas, Juan J. Ojeda, Noelia Navarro, Diego
Cangas, Cesar Bernal, David Mullor y José A. Piedra (2017), que mediante un
trabajo denominado “Valoración por parte de los profesionales de educación en
un video juego (Stigma-Stop) para sensibilizar en el aula sobre los problemas
de salud mental. Un estudio preliminar”.
A modo de resumen reseña que dicho video juego denominado
Stigma-Stop permite alcanzar beneficios y utilidades tales como:
– Empatizar con personas que padecen distintos trastornos.
– Conocer mejor distintos trastornos.
– Aportar una experiencia de cómo de cómo aplicar los vídeos
juegos en el aula parar sensibilizar en temas de salud mental.
– Eliminar mitos y falsas creencias relativas a los
trastornos de salud mental.
– Estrategias y pautas de intervención ante este tipo de
problemáticas.
– Conocer el sufrimiento que el estigma puede acarrear a quienes lo padecen.
El ajedrez en el aula es una oportunidad para trabajar
activamente ambos hemisferios cerebrales desde el juego y la manipulación. De
acuerdo con lo que dice David Perkins (2021), la finalidad es “que
el alumno sea capaz de pensar y actuar flexiblemente con lo que sabe para
resolver problemas, crear productos e interactuar con el mundo que nos rodea.”

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