El ajedrez presenta un carácter versátil e interdisciplinar que lo hace único, el cual nos permite seguir educando, traspasando los límites los diversos escenarios. La potencia pedagógica que nos regala el ajedrez radica en permitirnos llevar su enseñanza a distintos espacios físicos – como el aula – o, en estos tiempos, al entorno de la virtualidad.
Las plataformas virtuales para jugar, enseñar y aprender
ajedrez se convierten en una herramienta tecnológica valiosa que posibilita la
potenciación de la práctica del ajedrez escolar.
La estrecha relación que se establece entre las TIC y la
enseñanza del ajedrez se pone de manifiesto en la práctica del ajedrez escolar
a través de las múltiples plataformas virtuales, las y los estudiantes no solo
juegan de forma recreativa, sino que también están aprendiendo: Aprenden a usar
diversos dispositivos y plataformas virtuales que se transforman, a su vez, en
redes sociales ajedrecísticas, que al interactuar entre las y los estudiantes
generan y posibilitan nuevos conocimientos y aprendizajes colaborativos y
colectivos. Estos aprendizajes colaborativos y colectivos están mediados por
los beneficios cognitivos que la práctica del ajedrez produce en las/os
niñas/os en edad escolar como la atención, la imaginación, el pensamiento
formal y abstracto, la memoria, la capacidad de elaborar planes y estrategias,
la percepción, la planificación, el análisis, la toma de decisiones, el
pensamiento crítico y reflexivo.
La capacidad del ajedrez de adaptarse a los diferentes y
nuevos escenarios virtuales nos permite seguir apostando por una educación de
calidad.
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